Hoy en día aunque la cantidad de comunidades
indígenas han disminuido, las que aún existen
conservan la arquitectura de sus ancestros en los territorios de
la costa oriental del Lago de Maracaibo y en el Delta del Orinoco
aún se pueden encontrar estos palafitos. En cambio, las
etnias que habitan las selvas tienen una arquitectura distinta,
la churuata, era y sigue siendo el tipo de vivienda predominante
en los poblados indígenas. La churuata es una especie de
choza, pero muy particular, es una vivienda colectiva propia de
los pueblos Panare y Piaroa, ubicados al sur del Orinoco. Se
destaca por su armazón de postes de maderas y
círculos concéntricos interiores, sobre los que se
colocan los delgados haces de palma que conforman la capa
impermeable del techo y la perfección de sus formas,
coronada por una punta cónica en la que culmina el techo y
destaca sobre la vivienda. La churuata se ha convertido en los
últimos años en un icono de la cultura venezolana,
pues ha sido llevada a las ciudades, en espacios públicos
como parques, Mansiones, restaurantes, sitios de esparcimiento,
hoteles e inclusive como espacio incorporado en casas
modernas.
Aunque las viviendas más apreciadas y que más
han perdurado hasta la actualidad en los pueblos indígenas
son el palafito y la churuata, otras etnias tenían su
modelo propio de vivienda. Los wahiba, construyen una vivienda
colectiva hecha de palma y bambú, de planta rectangular,
con grandes aleros y de dos plantas que se dan uso en dos tiempos
del año. Cuando es época de lluvia las aldeas
suelen quedar inundadas, por lo que ellos viven en el segundo
piso, cuando es época de sequía viven en la planta
de abajo. Los indígenas venezolanos básicamente
usaban: madera, palos, palmas, caña, bambú, mangle
y enea para la construcción de sus casas.
Arquitectura
colonial
La arquitectura colonial venezolana es construida desde el
siglo XVI cuando Venezuela comienza a ser colonia dependiente del
Imperio español, hasta 1810, cuando comienza el proceso de
Venezuela. La arquitectura de esta época se caracteriza
por su discreta modestia. La explicación está en
las condiciones socioeconómicas del país. Venezuela
no ofrecía entonces a los colonizadores las inmensas
riquezas guardadas por la naturaleza para tiempos posteriores.
Una provincia aparentemente poco rica no podía permitirse
el lujo de construir edificios de alto costo a imitación
de los grandes virreinatos que existían para la
época y la sociedad colonial no brindaba tampoco un cuadro
tan próspero como el de otros países de
América Latina.
La simplificación de los problemas técnicos, la
renuncia a la mayoría de los elementos decorativos y
abigarradas ostentaciones de barroquismos fantasiosos, la
imposibilidad de utilizar materiales costosos y la consiguiente
falta de artesanos, contribuyeron a establecer una modesta pero
bien definida fisonomía de la arquitectura colonial de
Venezuela.
Arquitectura
civil
La vivienda popular de la colonia se caracterizaba por
la simplicidad de sus formas, sin muchos efectos
escenográficos, mientras que la sobriedad era la principal
característica de las mansiones aristocráticas, con
una fuerte influencia morisca heredada de la España
Meridional. Se puede reconocer la funcionalidad de cada
arquitectura colonial, por el empleo de los materiales, algunos
como la madera, la caña amarga, el adobe, la tapia y la
arcilla, que sirvió para la creación de ornamentos
funcionales.
La idea constante que preside la arquitectura colonial
venezolana de protegerse del sol, la lluvia y la luz, se
reencuentra en el estudio las fachadas de las casas de la
época. Algunas de las arquitecturas coloniales más
representativas que perduran en la actualidad son:
Casa Natal del Libertador Simón
Bolívar en Caracas;Casa Guipuzcoana en La Guaira;
Casa Amarilla en Caracas;
Casa de la Capitulación en
Maracaibo;Quinta Anauco en Caracas;
Casa de la ventanas de hierro en
Coro;Casa del Congreso de Angostura en Ciudad
Bolívar.
Arquitectura
religiosa
Los templos eran constituidos por una casi invariable,
disposición conformada por una planta rectangular, tres
naves separadas por arcos de cubierta de alfarje compuesta de una
armadura de madera de pares, nudillos, tirantes y almizate. Las
edificaciones católicas que se construían
despejaban sencillez y pobreza, pues dentro de sus arquitecturas
prácticamente no existían variantes de relevancia y
la poca diversidad de materiales de construcción dictaba
el diseño y la calidad de la arquitectura religiosa en la
época de la colonia. Para mediados del siglo XVI en
Venezuela no abundaban las familias pudientes capaces de levantar
a sus expensas grandes iglesias y conventos.
La misma iglesia católica, los obispos y las
órdenes religiosas no disponían de los medios
suficientes para erigir monumentos religiosos comparables con los
de otros países del continente. El siglo XVII fue de
reconstrucción de los templos católicos que
habían sido destruidos por el terremoto de 1641. El siglo
XVIII, específicamente entre 1728 y 1785 la prosperidad
que gozó Venezuela por la apertura de la
Compañía Guipuzcoana se reflejó
también en la construcción de nuevas arquitecturas,
especial de tipo religiosas. Las ciudades de Coro y Caracas
tuvieron el mayor auge en construcciones religiosas. Algunas de
las edificaciones religiosas más representativas
son:
Catedral de Caracas;
Panteón nacional en Caracas;
Catedral de Coro;
Convento de San Francisco en
Caracas;Iglesia de San Francisco en
Caracas;Palacio Arzobispal de Caracas;
Capilla de La Trinidad en
Caracas;Iglesia de Nuestra Señora de Santa
Ana en Coro;Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de
Curucay en Caracas.Iglesia del Calvario de Carora.
Arquitectura
militar
Durante la época de la colonia eventualmente se
producían enfrentamientos entre los conquistadores
españoles y bárbaros que navegaban en costas
venezolanas, a fin de apoderarse de las provincias ubicadas en
las costas del país. Para el momento, los reinos de Europa
afrontaban una crisis económica, por lo que tripulaciones
armadas inglesas, holandesas, portuguesas y francesas arribaban a
Venezuela, con el fin de apropiarse de los territorios de la
provincia y saquear las ciudades costeras.
Las costas e islas venezolanas fueron escena de combates
producidas por corsarios y piratas, por lo que España se
vio en la obligación de mantener su imperio, construyendo
castillos, baluartes, cuarteles y fortificaciones que
resguardaban las ciudades de la provincia.
Pintura
colonial
Se hicieron retratos, escenas de la vida cotidiana y
escenas religiosas: estas últimas para decorar el interior
de las iglesias. La composición pictórica era
solamente y simétrica, se utilizo el óleo como
técnica, los pintores más destacados de este
periodo fueron Juan Pedro López y Antonio José
Landaeta. Venezuela adquirió el rango de la
capitanía general (1777) en la colonia, por eso no
disponía de los recursos económicos ni del poder
político que si tenían los virreinatos de
México, Colombia y Perú. Esta situación
influyo en el modesto desarrollo de la pintura, la escultura y la
orfebrería. Las primeras pinturas fueron europeas que se
conocieron por estampas o ilustraciones de los libros religiosos,
la temática era fundamentalmente religiosa y de finalidad
catequista, es decir se usaban como recursos visuales para
señalar la fe católica.
Escultura
colonial
La temática de la escultura colonial en Venezuela
estuvo vinculada a la historia religiosa, las imágenes
para el culto fueron traídas desde España, su forma
técnica e iconografía influyeron en las
imágenes que se hicieron en los sencillos talleres que
abrieron los misioneros , la producción principal estuvo
dedicada a retablos, altares e imágenes talladas, entre
otros, Con el propósito de darlas mayor realismo y
siguiendo la tradición de la imaginaria española, a
estas imágenes se les colocaban pelucas, trajes a la
medida y otros accesorios. Los procedimientos empleados se pueden
emplear en cinco:
Imágenes de talla completa: cuando los
rostros, manos y tajes están tallados en la madera que
luego era policromada.Imagen de vestir: cuando solamente tenían
talladas el rostro y las manos y eran vestidas con trajes y
accesorios verdaderos.Imagen de tela enconada: cuando se les tallaba el
rostro y las manos y el traje se les moldeaba con telas
engomadas y pintadas que daban forma.Imagen de relieve: cuando solo se tallaba un lado de
la tabla y también se coloreaba.Imagen de Botella: una especie de tríptico
único con pequeñas bisagras que cerrado
adquiría la apariencia de una botella.La Orfebrería: continuo la tradición
estilística europea pero logro un valioso desarrollo y
creatividad como lo comprueban las custodias, jarras, platos,
cálices y otros objetos alegóricos.
Conclusión
El arte colonial ha sido muy importante para nuestra
vida artística ya que ha puesto sus criterios en tierras
que favorece, en muchos países la actividad agiliza dora
estaba muy bien dirigida. Estas misiones lograron construir
muchas capillas, catedrales, entre otros, el estilo
artístico europeo que logra imponerse es el barroco, se
dejan sentir influencian renacentista en ciertas obras, este arte
surge de las necesidades religiosas individuales y grupales de
los conquistadores, esto estimulo la producción
artística local y le sirve de modelo al
artesano.
En los estudios que se han llevado a cabo sobre el arte
colonial latinoamericano, entre estos el de la actual Venezuela,
se le ha descrito de diferentes maneras: como derivado de un arte
provincial – arte de la periferia -, como arte mestizo – de
caracteres hispano-indígenas – o como producción
puramente imitativa de los modelos europeos. Pero un estudio
más profundo de éste indica que no sólo se
caracteriza por sus influencias europeas o indígenas, por
el contrario, la cultura asiática penetró
también dentro de la producción artística
del país y prueba de ello es la presencia de pinturas
enrolladas verticales – kakemono en
japonés
Autor:
Albany Moreno
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